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PAC 80 – El perjudicial triunfo de los pasajeros clandestinos La conferencia de Doha 2012 sobre el cambio climático

Por Weiting Chao

Traducción: Ulises Aquino Jiménez

Passage au crible n°80

CCNUCC DohaSource: Wikimedia

La 18a sesión de la Conferencia de Partes de la CMNUCC (Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, COP 18) y el 8 periodo de sesiones de la Conferencia de Partes en calidad de Reunión de las partes del Protocolo de Kioto, (CMP8) se mantuvo en Doha (Qatar) del 26 de noviembre al 8 de diciembre de 2012. Reuniendo cerca de 200 países, esas negociaciones permitieron extender el protocolo de Kioto hasta el 2020.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

Firmado en 1997, el Protocolo de Kioto representa actualmente el único acuerdo mundial que impone obligaciones vinculantes a los países industrializados. Se funda sobre la CMNUCC, firmada por 153 países en 1992 y que tiene como objetivo reducir las emisiones de GEI (Gas de Efecto Invernadero). El protocolo distingue el Anexo I y el no-Anexo I que refiere a dos grupos de países. Este tratado establece el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas en el respeto a la equidad. En 2001, Estados Unidos se negó a ratificarlo, bajo la excusa de que él amenazaría al desarrollo de la economía estadunidense. Esta decisión, naturalmente, se muestra perjudicial para el régimen internacional. Entonces, es la UE (Unión Europea) quien ha jugado un rol de primer plano en el mantenimiento de las negociaciones en curso.

El Protocolo de Kioto entró en vigor el 16 de febrero de 2005, después de ser ratificado por Rusia. Como él debía expirar a finales de 2012, el periodo post- Kioto fue planteado desde 2005. Durante la conferencia de Bali (COP13, 2007), los Estados partes adoptaron la Hoja de Ruta de Bali que deberían finalizar en 2009, en Copenhague. Pero ningún progreso significativo se alcanzó entonces. En efecto, como el acuerdo de Copenhague no es legalmente vinculante, no insta entonces a los Estados signatarios a ponerse de acuerdo sobre un nuevo texto. En 2011, Rusia, Japón y Canadá confirmaron que ellos no participarían en un segundo periodo de reducción de emisiones en el marco de un nuevo protocolo de Kioto. Estados Unidos, reafirmó su voluntad de permanecer fuera del tratado. En 2011, durante la conferencia de Durban sobre el cambio climático, se decidió crear un órgano subsidiario: el Grupo de Trabajo ad hoc. La adopción de un acuerdo universal sobre esta cuestión ha sido aplazado para 2015, con la entrada en vigor prevista para 2020. Sin embargo, en Doha, las negociaciones fueron exitosas únicamente en extender el Protocolo de Kioto hasta el año 2020.

Marco teórico

1. La procrastinación, como una técnica de negociación. Diferir ad libitum la firma de un acuerdo mientras continúan las negociaciones constituye una estrategia diplomática de rutina. Las partes la recurren cuando no quieren verdaderamente llegar a una conclusión.
2. La persistencia de la división Norte-Sur. Después de dos décadas de negociaciones, la confrontación entre países desarrollados y PED (países en desarrollo), se ha agravado considerablemente por el cambio climático, volviendo así la firma de todo nuevo tratado más difícil de alcanzar.

Análisis

El acuerdo de Doha constituye una herramienta de eficacia débil para normar el problema del cambio climático. En efecto, permite simplemente mantener el protocolo y garantiza que las negociaciones continúen realizándose. El segundo periodo del protocolo comprometerá por 8 años (del 1 de enero 2013 al 31 de diciembre 2020) a la UE, Australia, Bielorrusia, Kazajstán, Liechtenstein, Noruega, Suiza, Ucrania y Mónaco. Sin embargo, estos países representan únicamente el 15% de las emisiones mundiales de GEI. Además, han adquirido compromisos dispares con un 20% respecto a 1990 para la UE, y una reducción de 0.5% con respecto a 2000 para Australia. Nuevamente, este arreglo no involucra a Estados Unidos, Canadá, Japón, Rusia, Nueva Zelanda y los países emergentes. Al menos, ofrece a los participantes tiempo para poner en marcha políticas de lucha contra el cambio climático. Dicho de otra manera, los PED, así como los países fuera del protocolo de Kioto pueden beneficiarse de esta situación hasta 2020. El fracaso de la primera secuencia de Kioto y el retiro de Estados Unidos, señala el número considerable de Free Riders que intentan exonerarse de las obligaciones inherentes a toda acción colectiva (Olson). Por lo tanto, cuando un jugador clave se retira – a fortiori si hay muchos – de una acción concertada, el beneficio neto de la puesta en marcha del plan detenido se vuelve entonces negativo para todos los otros, debido a las características asociadas a un bien público mundial (atmósfera). Es decir, si el conjunto de las partes rechazan la puesta en marcha del tratado, eso conducirá a la anulación pura y simple. Sin embargo, los Estados partes tienden a oscilar entre esas dos opciones ya que, consideran que la no conclusión representa finalmente la mejor de las estrategias individuales. Las recientes negociaciones han sido así aplazadas al periodo post-Kioto porque los participantes permanecen con la incertidumbre concerniente a los costos y beneficios de un acuerdo de este tipo. No se pueden entonces proteger en el futuro, lo que conduce a una subestimación del costo efectivamente incurrido al momento de su eventual puesta en marcha; sin contar que ellos querrán también saber como se comprometerán los otros. Todos estos elementos combinados conducen a perpetuar una estrategia de procrastinación. Entonces incluso si numerosos estudios científicos han mostrado recientemente como el clima corre el riesgo de deteriorarse más rápidamente de lo previsto, estas estrategias dilatorias podrían conducir a un desastre ecológico mayor, incluso a un cambio irreversible del ecosistema global. En otros términos, la perjudicial política de los pasajeros clandestinos ya se encuentra operando.

El conflicto entre los PED y los países industrializados forma un elemento central de la gobernanza del medio ambiente. Por esto, se reconoció en 1992 en el plano climático los principios de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Esta disposición permite a los PED aumentar sus emisiones de GEI para asegurar su desarrollo. Sin embargo, desde que algunos de ellos se han convertido en países emergentes como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la tradicional división Norte-Sur se ha impuesto y endurecido más que nunca. También se ha vuelto particularmente complejo porque China ha llegado a ser el más grande emisor de CO2 en el mundo, superando en 2006 las emisiones de Estados Unidos. Durante las negociaciones post-Kioto, numerosos países desarrollados en el seno de la CMNUCC – incluido Estados Unidos y Australia -, preconizaron en consecuencia el reemplazamiento del Protocolo de Kioto por otro texto, que incluyera compromisos por parte tanto de los países del Anexo I como de la mayoría de los PED pero por el momento, estos últimos se niegan completamente a aceptar el mínimo obstáculo a su desarrollo. Han exigido que los países desarrollados tomen la iniciativa de una reducción substancial de sus emisiones de GEI.

Vemos hoy pocos avances en materia de lucha contra el cambio climático. La extensión del Protocolo de Kioto permite únicamente que las negociaciones continúen. Para alcanzar un verdadero acuerdo e impedir una catástrofe ecológica, los Estados deberán renunciar a sus estrategias de procrastinación, como los invitan las ONG. A este respecto, la UE, Estados Unidos y los BRICS jugarán un rol determinante en la adopción de un nuevo protocolo. Si la UE pone en marcha la reducción de emisiones, Estados Unidos no podrá escapar a un “dilema del prisionero” del cambio climático y aún más si los países emergentes, en particular China, están igualmente listos.

Referencias

Akerlof, George. A, “Procrastination and Obedience”, American Economic Review, 81 (2), 1991, 1-19.
Churchman, David, Negotiation: Process, Tactics, Theory, (2nd Ed.), Boston, University Press of America, 1997.
Kontinen Tiina, Irmeli Mustalahti, « Reframing Sustainability? Climate Change and North-South Dynamics », Forum for Development Studies, 39 (1), mars 2012, 1-4.
Olson Mancur, La Logique de l’action collective, [1965], trad., Paris, PUF, 1978.
Timmons Roberts J., Parks Bradley, A Climate Of Injustice: Global Inequality, North-South Politics, and Climate Policy, The MIT Press, 2006.Site de COP18: http://www.cop18.qa [15 décembre 2012].
Uzenat Simon, “Un multilatéralisme sans contraintes. Les engagements des États dans le cadre de Copenhague”, Passage au crible, (15), 18 fév. 2010.