Stefan A. Aykut, Amy Dahan, Gouverner le climat ? Vingt ans de négociations internationales

A escasos meses de llevarse a cabo la COP21, el libro de S. Aykut y A. Dahan arroja un poco de luz sobre los desafíos ligados a las negociaciones respecto al cambio climático.
En un lenguaje claro pero denso, este manual retrata todas las etapas de la construcción del régimen climático, desde las primeras señales hasta la conferencia de Copenhague. El lector descubre el rol preponderante desempeñado por los Estados Unidos, tanto sobre el plano científico como en la formulación política del problema. La exposición minuciosa de las luchas de enfoques permiten notablemente comprender la persistencia de numerosos desacuerdos.
Constatando el fracaso de las tentativas de reducción de los GEI, los autores se cuestionan sobre las razones de tal ineficiencia. De hecho, esta resultaría del hiato que se ha instaurado progresivamente entre un “proceso de gobernanza de la ONU […] y por otra parte, una realidad marcada por la lucha encarnizada por el acceso a los recursos […] y a las energías fósiles”.

Aykut Stefan A. Dahan Amy, Gouverner le climat ? Vingt ans de négociations internationales, Paris, Presses de Sciences Po, 2014, 749 páginas de las cuales 83 páginas de bibliografía a las que se anexa una lista de siglas así como un índice de gráficas y tablas.

PAC 130 – Una transición energética bajo el control de las principales empresas El 26º congreso mundial del gas en París

Por Weiting Chao
Traducción : Ulises Aquino

Passage au crible n° 130

Oil PlatformSource: Wikimedia

Seis meses antes de la cumbre sobre el clima (COP 21), se celebró en París – del 1 al 5 de junio de 2015 – el 26º congreso mundial del Gas (WGCPARIS 2015). Organizado por la IGU (International Gas Union), reuniendo a más de 4,000 representantes de los mayores actores del sector a nivel mundial y provenientes de 83 países, tales como BP, Total, Shell, ExxonMobil, Chevron, ENI, BG Group, Statoil, Qatargas, PetroChina, etc. Sin embargo, al centro de las preocupaciones, el cambio climático ha incitado a estos últimos a debatir el conjunto de temáticas ligadas a la transición energética.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico
Las negociaciones entre Estados sobre el tema del calentamiento global comenzaron a finales de los años 80. Durante la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro en 1992, la Conferencia Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) fue firmada por 153 países. En 1997, los firmantes de la CMNUCC adoptaron el Protocolo de Kioto que representa hasta ahora, el único acuerdo mundial que obliga a los países desarrollados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) entre 2008 y 2012. Desde la entrada en vigor del protocolo en 2005, el periodo post-Kioto fue evocado. Sin embargo, la firma de todo nuevo tratado se observa difícil, aún más después del fracaso de Copenhague (COP15) en 2009, ninguna convergencia significativa hacia un acuerdo universal fue constatada. Así, en 2012 en Doha, el Protocolo de Kioto fue extendido hasta 2020. En cuanto a la adopción de un nuevo acuerdo, fue pospuesta para la COP21 que se realizará en París en diciembre de 2015.
Algunos meses antes de este evento, se llevó a cabo en la misma ciudad, el WGCPARIS 2015, la reunión mundial más importante de la industria del petróleo y del gas. Las discusiones incluyeron el valor comercial de la cadena del gas, de la exploración y de la producción, la transmisión internacional, las innovaciones energéticas, etc. Durante esta cumbre, las empresas señalaron el rol crucial del gas natural el cual, según ellos, produce alrededor de dos veces menos CO2 que el carbón. A este respecto, podría en consecuencia ayudar a reducir las emisiones de GEI. Además, el 2 de junio pasado, seis dirigentes de compañías petroleras europeas (Shell, ENI, BP, BG Group, Total y Statoil) escribieron una carta abierta en el Le Monde para alentar a todos los actores estatales a fijar colectivamente un precio al carbono a fin de favorecer la eficiencia energética. Igualmente demandaron al secretario ejecutivo de la CMNUCC su apoyo para tener en el seno de la COP21, un diálogo directo con la ONU y los países parte.

Marco teórico
1. Una diplomacia triangular. Desde la aparición de un mercado globalizado y dado el ritmo acelerado de la evolución tecnológica, los Estados actualmente no controlan más que una parte ínfima del proceso de producción y orientan cada vez menos los intercambios. Por el contrario, los grandes grupos de la energía ocupan hoy un lugar determinante y se comportan como autoridades políticas, al punto incluso de competir en ocasiones con los gobiernos. Esta transferencia de poder a favor de los operadores económicos condujo a la formación de una nueva diplomacia fundada sobre la complejidad de tres tipos de interacciones: la relación diplomática de Estado a Estado, de Estado a empresa, y de empresa a empresa. En efecto, en numerosas situaciones, las negociaciones que estas realizan entre ellas parecen frecuentemente las más importantes. Así, los resultados de sus negociaciones orientan en seguida fuertemente las políticas públicas.
2. La paradoja de un proteccionismo ofensivo. En el marco de un mercado libre, las grandes empresas conducen una política intervencionista teniendo por objetivo detentar un monopolio. Así, se entienden entre ellas para limitar sus producciones, fijar sus precios, acordar sus participaciones de mercado, favorecer los progresos políticos, técnicos y económicos de la industria, etc. En resumen, buscan la creación de un cartel internacional. A este respecto, estas grandes empresas forjan acuerdos institucionales que determinan posteriormente una fuente de autoridad internacional. Una competencia libre y abierta fue entonces obstaculizada, los compradores potenciales no tienen más opción que aceptar, es decir someterse.

Análisis
En materia energética, el más grande emisor de GEI, produce alrededor de 35% de las emisiones, de las cuales más de 56% provienen del petróleo y del gas. Según la AIE (Agencia Internacional de la Energía), los esfuerzos desplegados por este sector por disminuir los GEI siguen siendo esenciales. Por una parte, los Estados demandan la cooperación de las firmas. Por otra parte, como los costos de explotación y los beneficios en este sector aparecen profundamente afectados por las nuevas reglamentaciones, un gran número de estos operadores buscan modificar directamente las decisiones gubernamentales. A este respecto, en las primeras negociaciones, mantenidas en los años 80, las industrias occidentales de la petroquímica rechazaron, en su gran mayoría, la adopción de las reducciones de emisiones de CO2 impuestas por los gobiernos y además se opusieron a todo calendario. Organizados principalmente por la GCC (Global Climate Coalition), lograron frenar considerablemente el proceso de obtención de acuerdos, durante las negociaciones de la CMNUCC y del Protocolo de Kioto. El poder gubernamental se encuentra evidentemente erosionado, las presiones empresariales constituyen un verdadero obstáculo a la política climática. Así, al final de esta década, el apoyo de la industria a la GCC se ha atenuado paulatinamente. Muchos de sus principales miembros, tales como BP y Shell, por ejemplo abandonaron la organización. Finalmente, en 2002, después de trece años de funcionamiento, la GCC fue disuelta oficialmente. La casi desaparición de los grupos anti climáticos refleja una evolución general de las empresas que se vuelven cada vez más cooperativas. En efecto, estos cambios significativos, que se desprenden de las innovaciones tecnológicas y de beneficios económicos, están orientados por asociaciones organizadas, abiertamente o en secreto, en carteles. Así, la IGU, fundada en 1931, dispone de más de 140 miembros representando 95% del mercado mundial del gas. Incluye las empresas de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), las mayores empresas occidentales y los nuevos gigantes del petróleo de países emergentes, como PetroChina. Cada tres años, estas sociedades se reúnen durante el Congreso Mundial del Gas a fin de implementar una estrategia común. Los criterios esenciales se deciden durante las negociaciones en el transcurso de las cuales las grandes compañías petroleras desempeñan un rol primordial. Fundamentalmente, estas normas han favorecido el desarrollo de nuevos tipos de comercio para los cuales se prevén beneficios potencialmente elevados, tales como la energía renovable, innovaciones en la fabricación, nuevos modos de transporte, la propiedad intelectual, etc.
Este año, las empresas mostraron con fuerza a que grado el gas natural, la energía fósil más limpia según ellas, forma el vector capital de una transición energética. El uso creciente de este recurso podría aportar capitales substanciales en un sector emergente aún fragmentado y desorganizado. Notemos que más de 670 mil millones de dólares fueron invertidos en 2013 para explorar las reservas de nuevos combustibles fósiles. Por otra parte, la compra de BG Group por Shell nuevamente, de la cual el monto de la operación se eleva a 47 mil millones de libras (64 mil millones de euros), constituye una transacción excepcional. Gracias a esta fusión, Shell – ya muy activa en el sector del gas – aumentará su producción en 20% y sus reservas de hidrocarburos en 25%; sin contar que esta súper empresa gasta actualmente miles de millones para la explotación del Ártico y los proyectos sobre las arenas bituminosas de Canadá. Así, de acuerdo con un análisis reciente publicado por la revista Nature, estos últimos dos proyectos se observan incompatibles con la prevención del cambio climático, considerados como peligrosos. Además, con la transición energética, una suma considerable fue vertida a fin de invertir en las infraestructuras, por ejemplo la construcción de gaseoductos. En Estados Unidos de 2008 a 2012, la cantidad de electricidad producida a partir del gas natural ha aumentado en más del 50%. Si las tendencias actuales se confirman, esta energía deberá representar cerca de dos tercios de la electricidad estadounidense en 2050, significando en consecuencia una renovación masiva de los equipamientos.
En cuanto a la introducción de un sistema de tarificación de emisiones de carbono que se aplican a todos los países, las empresas se reencuentran alrededor de un interés común, el del buen funcionamiento de los mecanismos de mercado y la elaboración de reglamentos correspondientes. Múltiples empresas utilizan efectivamente un precio del carbono interno para calcular el valor de los proyectos futuros y orientar las decisiones de las inversiones. En estas circunstancias, el precio del carbono, de las cuales algunas de entre ellas ya han fijado, portará, – si se volviera un precio de mercado – un impacto mucho más fuerte que todas las políticas implementadas hoy por los gobiernos.
Portavoces de la industria del gas, las grandes empresas del sector de la energía presentaron sus objetivos no sólo a los Estados, sino también a los habitantes. Ellas expusieron aún más el rol que intentan jugar durante la COP21 que se tendrá pronto en París. Así, se observa necesario que las tecnologías y los recursos que pretenden utilizar y en los cuales desean invertir, respondan exclusivamente a una lógica tecno-financiera largamente incompatible con una política de protección del medio ambiente significativa. De hecho, su proteccionismo ofensivo, que se tradujo por la implementación de un cartel en el sector de la energía, podría conducir a una transición energética en la cual el contenido sería concebido para su conveniencia, lo que corre el riesgo de encontrarse en un próximo acuerdo firmado por los Estados.

Referencias
Stopford John, Strange Susan, Henley John, Rival States, Rival Firms. Competition for World Market Shares, 1991, Cambridge, Cambridge University Press.
Strange Susan, The Retreat of the State. The Diffusion of Power in the World Economy, 1996, Cambridge, Cambridge University Press.
Vormedal Irja, « The Influence of Business and Industry NGOs in the Negotiation of the Kyoto Mechanisms: the Case of Carbon Capture and Storage in the CDM », Global Environmental Politics, 8 (4), 2008, pp. 36-65.

PAC 129 – Golpear a Kenia, aterrorizar al mundo El terrorismo transnacional de los shebabs somalís

Por Philippe Hugon
Traducción: Yessica Lara

Passage au crible N° 129

Al Shabaab fightersSource: Wikimedia

El jueves, 23 de marzo de 2015 los shebabs (al-Shabaab o jóvenes en árabe) atacaron la Universidad de Garissa en Kenia, dejando más de 150 muertos. Estas acciones dirigidas a los estudiantes cristianos, fueron perpetradas con extrema violencia en un lugar simbólico que difunde el conocimiento. Estos tuvieron lugar un mes después de que los shebabs prometieron lealtad a Al Qaeda y de que amenazaron centros comerciales de origen occidental. Recordemos que en tres años Kenia ya ha sufrido tres ataques altamente letales, incluyendo el del centro comercial Westgate Mall cometido en 2013. Del mismo modo, Uganda fue atacado en julio de 2011 en su capital, Kampala. En cuanto a Etiopía, sigue estando muy amenazada.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico
Somalia, que tiene más de 10 millones de habitantes repartidos en una superficie de 638,000 km2 nunca ha conocido la estructura de un Estado. En efecto, aunque es independiente desde 1959, sigue estando organizada en clanes y sub clanes. Pero esta sociedad de clanes no pareciera anárquica, los somalís hablan el mismo idioma -somalí- y conforman un pueblo homogéneo de tradición pastoral. Éste respeta los valores privilegiando el honor, la hospitalidad y el espíritu de venganza. Para estos países donde casi el 100% de la población es de obediencia musulmana, la ley islámica coexiste con la ley tribal o de clanes.
Actualmente, observamos cambios profundos. La religión que unificaba, ahora se oponen al islam sufista tradicional y al islam salafista. Además, una relativa desintegración social resulta de la oposición entre los jóvenes y los adultos en cuanto a los códigos de conducta. El ascenso en el auge de los shebabs evoca estas diferencias determinantes. Somalia sufrió durante 35 años una balcanización de clanes y un caos sociopolítico que dejó más de 500,000 muertos. Dirigido por un señor de la guerra, cada uno de los clanes está tradicionalmente dotado con una milicia. Los enfrentamientos son debido a los jóvenes desempleados que solo han socializado en la violencia.
Además, varios elementos perjudiciales para el país se combinan para debilitarlo aún más. Mencionemos como ejemplo, las nuevas influencias islamistas (Hermanos Musulmanes, los salafistas, el papel de Eritrea) los efectos de la presión demográfica sobre los recursos escasos, o incluso la generalización de una economía paralela que permite diversos tráficos. Al mismo tiempo, esta sociedad se encuentra, sin embargo, integrada en la globalización a través de su diáspora. Las tecnologías de la información también contribuyen a su inserción global, tanto como la fiscalización de las ONG o la piratería en el mar con ataques de veleros y cargueros. Hay que recordar también el diezmo aplicado sobre los petroleros (20,000 buques y un tercio de los petroleros del mundo pasan por el Estrecho) que representan 4,000 actos de piratería registrados entre 1990 y 2010. Ciertamente la fuerza Atalante los ha reducido con éxito, pero no ha logrado eliminarlos.
Hasta 1991, Somalia conoció el régimen socialista de Barre, vinculado a la URSS. Entre 1992 y 1994 las intervenciones militares – internacionales o de Estados Unidos (“Restore Hope“) – han sido un fracaso. Una guerra civil se desarrolló entre 1991 y 2005. Las Cortes Islámicas, apoyadas notablemente por Eritrea, habrían entonces por vía de la shura, tomaron el poder, verano 2006, en contra de los líderes de las facciones. Reagruparon diversas tendencias (Hizbal-Islam (Partido del Islam), Al-Islah (cercano a los Hermanos Musulmanes), teniendo incluso islamistas radicales de los Shabaab, acusados de ser la versión africana de los talibanes de Afganistán.
En lugar de negociar con los elementos moderados de las Cortes Islámicas, los Estados Unidos y los países de la región han preferido apoyar a un gobierno en el exilio, ni representativo ni legítimo. A finales de 2006, apoyado militarmente por Etiopía y Estados Unidos, e indirectamente por Kenia, Uganda y Yemen, esta fuerza de transición ha tomado el control de Mogadiscio, sin que por lo tanto los señores de la guerra estén controlados. Una fuerza de la Unión Africana, la AMISOM, (African Union Mission in Somalia) fue establecida en 2007. Los shebabs lanzaron entonces acciones terroristas, principalmente en Mogadiscio (finales de 2009 contra la Unión Africana, atentado suicida en octubre de 2011, 14 de abril de 2013).
Constituidos en un movimiento organizado por décadas, los shebabs serían actualmente entre 5,000 y 10,000 combatientes. Algunos fueron formados en Afganistán; otros se originaron de Al-Ittiyad, matriz somalí de movimientos islamistas forjados en los años noventa. Otros fueron reclutados y entrenados por las Cortes Islámicas en el poder hasta 2006. Después, ellos aumentaron su poder durante la caída de estos últimos frente a la coalición de los países de África Oriental, apoyados por Estados Unidos. Sus demandas múltiples se apoyaban sobre un nacionalismo somalí y la voluntad de instaurar un Estado islámico fundado en la sharia. Obtienen igualmente su poder del control de tráficos ejercidos por los jóvenes sin perspectivas y a los cuales les proponen el establecimiento de una Yihad global gracias a su inserción en las redes internacionales.

Marco teórico
1. Una violencia intergeneracional. En el seno de Somalia, la violencia resulta de un enfrentamiento entre los shebabs, – jóvenes socializados en la violencia – y el gobierno oficial; los combates fueron esencialmente conducidos por la fuerza africana de la AMISOM.
2. Una violencia transnacional. La violencia de los shebabs se reviste igualmente de una dimensión regional y transnacional que se explica por la presencia de numerosos somalís en los países limítrofes (más de 600,000 refugiados en Kenia), somalís que manifiestan explícitamente la voluntad de desestabilizar el sistema de seguridad de países vecinos, comenzando por Kenia. Están ligados a los circuitos de transferencia de dinero porque Somalia se ha convertido en un territorio de guerra por poder entre Etiopía y Eritrea, siendo un problema aún para los países aliados de Estados Unidos que luchan contra el yihadismo.

Análisis
Los shebabs pueden ser analizados como un movimiento somalí. Originados históricamente de cortes islámicas, son jóvenes, sin otras perspectivas que el uso de las armas, la violencia y el control de los tráficos ilícitos. Pueden fácilmente desplegarse en el espacio somalí en razón de la débil legitimidad del gobierno. Considerando la incapacidad del Estado de controlar su territorio y de asegurar al menos las principales funciones exclusivas, mezclan intimidación a través de la violencia y protección de las poblaciones. Ciertamente, han instaurado una sharia impopular – prohibición de masticar khat, escuchar música -, pero igualmente han establecido un orden facilitando los intercambios comerciales. Por esta razón se benefician de apoyos que les permiten una cierta capacidad militar sobre el plano convencional.
Sus principales recursos siguen siendo la autoridad que imponen sobre los tráficos ilícitos y los impuestos locales que establecen sobre los hombres de negocios y los comerciantes. En fin, obtienen también sus ganancias de las relaciones que tienen con los piratas. Apoyados por las fuerzas llegadas notablemente de Afganistán y de Eritrea, los shebabs se oponen al gobierno federal de la transición. A finales de 2010, controlaban todavía una gran parte de Mogadiscio así como el centro y el sur del país. Pero frente a las acciones militares de la AMISOM, finalmente perdieron una capacidad de generar problemas en el corazón de Somalia. Entonces dejaron las principales ciudades, comenzando por Mogadiscio. Después, se diseminaron en las zonas rurales y se fusionaron con la población. Por otro lado, el 1 de septiembre de 2014, perdieron a su jefe Abdi Godane, reemplazado por Ahmed Umar Abou Oubaïda.
Su acción se volvió sobre todo regional y transnacional. En efecto, como en el caso de Boko Haram, la regionalización de sus intervenciones compensa su pérdida de poder sobre el territorio somalí. Actualmente parece comprobado que tienen vínculos con las compañías de transferencia de dinero somalís, pueden así insertarse progresivamente en las redes yihadistas de alcance mundial. A través de los atentados suicidas o acciones terroristas, buscan realizar combates asimétricos que pretenden la mediatización por el horror. Ciertamente, no participan aún actualmente de una yihad global. Sin embargo, han hecho lasos personales y organizacionales con grupos afiliados a Al Qaeda o Boko Haram lo cual indica claramente su objetivo final.
Esto significaría que los países vecinos están actualmente más amenazados. Con 700 kilómetros de fronteras comunes con Somalia, Kenia aparece políticamente muy dividida. Estos países buscan sin embargo aumentar su dispositivo militar, evitando las tensiones entre cristianos – quienes representan tres cuartos de la población – y musulmanes. Se esfuerza además por asegurar a los turistas y a los hombres de negocios. En cuanto a Jubalandia situada al suroeste de Somalia, en la frontera con Kenia, se trata de una zona tapón largamente poblada de somalís. Los ataques de shebabs perpetrados sobre este territorio tienen por objeto atizar las tensiones religiosas y oponer las fuerzas políticas. Respecto a Etiopía, ha sido hasta ahora ignorada, a pesar de compartir 1,600 kilómetros de frontera con Somalia. Organizado como Estado federal, comprende una población en su mayoría somalí viviendo principalmente en el Ogaden. Pero este país sigue siendo un Estado pivote que permite a los Estados Unidos hacer la guerra por delegación. Es entonces inevitable que las acciones militares en el seno de Somalia se transformen en el corto plazo en acciones terroristas ligadas a las redes transnacionales y a los somalís expatriados.
Los horrores mediatizados que buscan sembrar el terror y ganar guerras mediáticas, pesan sobre el turismo y los asuntos de los occidentales en Kenia, en Etiopía o en Uganda. En el caso de Somalia, como en el de Afganistán o de Boko Haram, parece que las soluciones militares implementadas por la AMISOM no pueden tener sino una eficacia limitada. En efecto, las respuestas permanentes siguen siendo del orden político. Estas requieren la implementación de estructuras estatales y el establecimiento de un gobierno legítimo.

Referencias
Hugon Philippe, Géopolitique de l’Afrique, 3e ed., Paris, SEDES, 2013.
Mashimongo Abelard Abou-Bakr, Conflits armés africains dans le système international, Paris, L’Harmattan 2013.
Véron Jean-Bernard, « La Somalie cas d’école des Etats dits “faillis” », Politique étrangère, 76 (1), print. 2011, pp. 45-57.

PAC 128 – La globalización de un fanatismo Las destrucciones culturales del Estado islámico

Por Alexandre Bohas
Traducción : Yessica Lara

Passage au crible n° 128

Temple of Baal Shamin PalmyraSource: Wikipedia

Con la toma de Palmira por las tropas del Estado Islámico en Irak y del Levante (EIIL o Daesh en árabe) en el pasado mayo, uno de los sitios más prestigiosos de la antigüedad se encuentra así en peligro de desaparecer. Este evento refleja las motivaciones ideológicas de este califato autoproclamado contra los edificios culturales.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico
En los últimos años, los atentados contra monumentos religiosos por diversos grupos que alegan pertenecer al islam radical, se han multiplicado. Podemos citar la destrucción con dinamita de los Budas de Bamiyan en 2001 bajo el régimen afgano del Talibán, o recordar aquella de los mausoleos musulmanes en Tombuctú en 2012 por los rebeldes que luchaban contra el régimen de Malí durante la ocupación de la ciudad. A estos eventos, se agrega la inestabilidad política de Egipto y de Libia; una situación que favoreció el saqueo de numerosos museos y sitios arqueológicos, por razones de orden tanto mercantiles, como religiosas.
Además, las guerras civiles en Irak y en Siria crearon las condiciones para un establecimiento duradero del EIIL en algunas zonas de los dos países. Así, 4,500 sitios arqueológicos se encuentran sobre el territorio ocupado por dicha entidad. Sus partidarios atacaron sitios de Mesopotamia, pero también lugares de culto musulmán como la tumba de Jonás en Mosul. En Siria, el 90% de las destrucciones se centró en elementos islámicos como las tumbas, los santuarios y las mezquitas, estas últimas databan del siglo XIII y XIV.
Desde finales del mes de febrero de 2015, el saqueo perpetrado en el Museo de Mosul, así como los sitios asirios y partos de Nimrud y Hatra han sido cuidadosamente filmados y difundidos en las redes sociales. Estas devastaciones provocaron la consternación de la opinión occidental y la condena de la UNESCO quien resultó, por otra parte, impotente para asegurar la protección de estos edificios clasificados en el patrimonio mundial.

Marco teórico
Una reacción contra la pluralización del mundo. La globalización genera una “pluralización” (Cerny) de las sociedades modernas. Al favorecer los flujos y movimientos transnacionales en términos culturales y socioeconómicos, provoca reacciones de repliegue de la identidad con un rechazo del otro, emblemático de una “brutalización del mundo” (Laroche). En este caso, los actos vandálicos contra monumentos perpetrados por el EIIL tienen como objetivo (en nombre de un islam purificado, extremista y dogmático) empezar desde cero las especificidades y sincretismos, presentes y pasados.

La transnacionalización de una búsqueda identitaria. Estas destrucciones culturales en Irak, en Libia y en Malí son explotadas para manipular a los individuos mal integrados y desfavorecidos. Estos últimos aceptan entonces una ideología fanática que les da un sentido a su vacío existencial (Hoffer). Apoyándose en una lectura fundamentalista y antimoderna del Islam, se propone a sus simpatizantes, de orígenes muy diversos, una visión simplificada del mundo y les ofrece una identidad transnacional.

Análisis
Lejos de ser espontáneos, estos saqueos han sido cuidadosamente calculados y organizados. Ellos son justificados por el rechazo de una idolatría, prohibida comúnmente a todas las religiones monoteístas. A la imagen de la controversia iconoclasta (siglo VIII) y del puritanismo Inglés (siglo XVII) en la religión cristiana, el EIIL invoca el carácter idólatra de toda devoción y de todo lugar de culto, actual o desaparecido, que no se dirija directamente a Dios. Bajo esta perspectiva, sólo este último puede ser el objeto de una práctica religiosa. El saqueo de Nimrud y de Hatra resultaron precisamente de la aplicación excesiva de este principio fundamental del islam, que figura sobre el emblema del EIIL “لا إله إلا الله” (“no hay más dios que Dios“).
Los videos del EIIL que muestran las devastaciones de Hatra o del Museo de Mosul son el resultado de un montaje elaborado. Los analistas han expresado, a este respecto, dudas en cuanto a la autenticidad de ciertas estatuas destruidas. Se trataría de hecho de facsímiles de yeso ya que los originales habrían sido vendidas con anterioridad para financiar los esfuerzos de la guerra. Por otra parte los combatientes que aparecen en los videos de propaganda del EIIL fueron identificados por sus acentos: provendrían de África, del subcontinente indio y del Magreb. En otras palabras, ninguno de entre ellos provienen de la región del Máshreq, región que comprende de Siria a Egipto. Este video sería entonces destinado a los musulmanes que viven fuera de la escena de los enfrentamientos y que a menudo son marginalizados con el objetivo de reclutarlos. Recordemos en este sentido que los ejércitos del Daesh están en efecto, en gran medida, conformados por combatientes extranjeros.
Además, es importante considerar la atracción global que genera el EIIL frente a ciertos jóvenes musulmanes. Se parece a aquellas que operaban, en los años cincuenta, las religiones seculares descritas por el filósofo Eric Hoffer. Estos grupos de creyentes fanáticos encuentran hoy un eco favorable a través del Islam extremista que predican. Sobre todo porque la globalización refuerza su atractivo confiriéndoles una audiencia mayor. Las relaciones desterritorializadas que caracterizan la fuerza de estos movimientos comunitarios se vuelven posibles gracias a las nuevas tecnologías, especialmente el Internet. Pero la globalización altera los entornos tradicionales acercando culturas y sociedades. De este modo, suscita reacciones identitarias que buscan frecuentemente, a través de una intolerancia violenta, reafirmar los dogmas quebrantados. Así, la destrucción cultural del EIIL testifica la voluntad para borrar la diversidad de las prácticas religiosas, históricas y culturales, propias de Mesopotamia.

Referencias
Cerny Philip G., Rethinking World Politics: A Theory of Transnational Pluralism, New York, Oxford University Press, 2010.
Evin Florence, “L’État islamique met en scène la destruction de la cité antique d’Hatra”, Le Monde, 4 avril 2015.
Hoffer Eric, The True Believer: Thoughts on the Nature of Mass Movements, New York, Harber & Brothers, 1951.
Laroche Josepha, La Brutalisation du monde. Du retrait des États à la décivilisation, Montréal, Liber, 2011.
Schama Simon, “Artefacts Under Attack”, Financial Times, 13 March 2015.

PAC 127 – La asimetría sociopolítica de una cooperación económica La implantación dominante de las firmas chinas en Argelia

Por Moustafa Benberrah
Traducción: Ulises Aquino

Passage au crible n° 127

Chine Algerie BTPSource:Wikimedia

El 16 de abril de 2015, la ciudad de Constantina fue declarada capital de la cultura árabe por un año. Durante un año, el Vieux Rocher acogerá piezas de teatro, festivales, coloquios, exposiciones, etc. Un sobre de 7 siete mil millones de dinares (700 millones de dólares) fue consagrado para la organización de este evento. A este respecto, el Primer Ministro argelino Abdelmalek Sellal inauguró múltiples grandes proyectos que engloban un bloque cultural comprendiendo un centro de cultura, una biblioteca urbana, un museo y galerías, junto con un museo de arte e historia, un centro de exposiciones y una sala de espectáculos para 3000 personas. Este último costó 156 millones de dólares y su construcción fue otorgada a la CSCEC (China State Construction Engenieering Corp). Esta cesión reavivó las polémicas alrededor del monopolio chino en el sector del ETP (Edificios y Trabajos Públicos) en Argelia.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico
En 2013, la RPC (República Popular de China) se volvió el más importante proveedor de Argelia con 6,820 millones de dólares de importaciones (+14.33%), destronando a Francia (6,250 millones de dólares) quien ocupaba este puesto hasta ahora. Esta cifra alcanzó 8,200 millones de dólares en 2014. Esta evolución resulta de las relaciones privilegiadas entre los dos países que encuentra su origen muy temprano con la conferencia de Bandung sostenida en 1955. Esta cumbre afro-asiática vio la adopción de una resolución reconociendo a Argelia el derecho a la autodeterminación y a la independencia. Además, China es el primer país no árabe en haber reconocido su gobierno interino (1958) y su independencia en 1962. Por su parte, Argelia ha sostenido siempre el principio de One-China el cual define a Taiwán como parte integrante de China. En consecuencia, el movimiento de los no alineados ha contribuido al acercamiento político y económico de las dos naciones.
Actualmente, las relaciones chino-argelinas conciernen todos los sectores estratégicos tales como la industria, la agricultura, el armamento, las infraestructuras
etc. Así, hay más de 790 sociedades de gran tamaño que siguen activas en Argelia y más de una veintena de acuerdos de cooperación que han sido firmados. El último de ellos concierne un plan de cooperación estratégica global para el periodo 2014-2018 (286 millones de dólares) que buscará dinamizar las relaciones económicas entre los dos Estados. Esta transferencia se tradujo en la afluencia de ciudadanos chinos. Hoy se estima el número en alrededor de 40,000 (trabajadores bajo contrato y jefes de empresas acompañados de sus familias), de los cuales 2,000 han adquirido la nacionalidad argelina. Aunque están obligadas por la ley a privilegiar la mano de obra local, estas entidades emplean principalmente empleados chinos. Marcan doblemente el paisaje urbano participando activamente en la construcción de sus infraestructuras e introduciendo una inmigración inédita en una zona aislada del mundo durante la década negra .

Marco teórico
1. La emergencia de una diplomacia económica. Beneficiándose del aumento de los precios del petróleo en el mercado internacional, Argelia empezado una política de rectificación económica que se articula en tres ejes principales : 1) la atracción de inversiones extranjeras, 2) las transferencias de tecnología y 3) la construcción de la infraestructura necesaria para la expansión económica. En consecuencia ha forjado las herramientas jurídicas que permitirán a sus ciudadanos implicarse más en los proyectos dirigidos por las firmas chinas. Sin embargo, estas disposiciones son raramente respetadas por esas empresas y esta situación conduce al desarrollo de una contestación económica. Finalmente, el Estado argelino se encuentra sobrepasado y en ocasiones incluso en competencia con esos actores transnacionales quienes implementan su propia lógica económica, frecuentemente en contradicción con los intereses del propio país.
2. La construcción de comunidades transnacionales. Motor de la integración, el fenómeno migratorio sigue siendo una de las consecuencias de la globalización de los intercambios económicos. Los trabajos de Alain Tarrius o de Michel Péraldi han mostrado bien como se ha construido la figura de emprendedor migrante en le contexto postfordista ligado a la crisis industrial, al aumento del desempleo y al control de la inmigración. En Argelia, esta evolución se tradujo en una reorganización de los canales comerciales con los trabajadores migrantes que se organizan por lo tanto en redes transnacionales.

Análisis
Las empresas chinas se han implicado particularmente en el sector del BTP argelino. En efecto, desde el comienzo de los años dos mil, Argelia ha iniciado una serie de grandes proyectos financiados por el alza de la renta petrolera. Así, se ha convertido en uno de los mercados más atractivos del sector para esos grupos que han conseguido entre el 60% y 80% de los contratos públicos y privados.
En el otoño de 2005, el jefe de gobierno, Ahmed Ouyahia, declaró que no se haría más “llamado a las empresas chinas en el edificio”. Sin embargo, la conducción de gigantes obras tales como la autopista este-oeste, la gran mezquita de Argelia, la opera de Argelia y las miles de casas de interés sociales, condujo al arribo masivo de una mano de obra china susceptible de responder a los imperativos de los costos y del calendario . Múltiples campos de trabajadores se formaron después del inicio de los trabajos. Tiendas chinas también han florecido en los barrios comerciales de Argelia, luego en otras ciudades en las cuales compañías chinas – de construcción principalmente – fueron creadas. Este fenómeno es similar a lo ocurrido en Estados Unidos a mitad del siglo XIX tras el tratado de Burlingame, en 1968. Actualmente, los comerciantes chinos están establecidos en el centro de Argelia, pero de igual manera en otras grandes metrópolis tales como Constantina y Annaba. Venden frecuentemente el mismo tipo de productos a precios que hacen olvidar la reputación del made in China. Así, este argumento de venta atrae tanto a los clientes que reaviva las polémicas socioeconómicas. En efecto, la tasa de desempleo elevada y la competencia que soportan los argelinos han sido el origen de diversos incidentes. El pasado 3 de agosto, violentos choques entre argelinos e inmigrantes chinos se registraron en los suburbios de Argel. De hecho, estos enfrentamientos endémicos testifican las tensiones vivas que existen entre las dos comunidades.
Múltiples dispositivos jurídicos y culturales se han puesto en marcha a fin de canalizar estos problemas, facilitar el diálogo entre las dos sociedades y ayudarlas a superar de forma cotidiana la brecha etnocultural que los separa. Primeramente, los grupos chinos están obligados a contratar a los argelinos. Además, diversos programas destinados al aprendizaje del mandarín se han implementado. Así, el chino es enseñado en la facultad de Argelia de igual manera que en las escuelas privadas que cada vez abren con mayor rapidez. Por otra parte, la embajada china organiza actividades culturales en el país, como aquel concurso de escritura automática accesible al público en general. En fin, una asociación de amistad Argelia-China ha visto la luz y los matrimonios mixtos se multiplican. Dicho de otra manera, estos actores fuera de la soberanía compiten actualmente con la autoridad estatal y logran orientar las políticas públicas de Argelia, convirtiéndose en interlocutores ineludibles con los cuales debe contar.

Referencias
Hammou Samia, « L’immigration Chinoise en Algérie : Le cas des commerçants Chinois à Alger » consulté le 15/05/2015 sur le lien : http://jcea2013.sciencesconf.org/conference/jcea2013/pages/Hammou_Samia.pdf
Rosenau James N., Turbulence in World Politics: A Theory of Change and Continuity, Princeton, Princeton University Press, 1990.
Selmane Arslan, « Constantine capitale de la culture arabe 2015 : Les bobards d’une manifestation de A à Z », consultable sur le site : www.elwatan.com, 26.02.15.
Strange Susan, Le Retrait de l’État. La dispersion du pouvoir dans l’économie mondiale, [1996], trad., Paris, Temps Présent, 2011.