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PAC 7 – Un miedo mundializado La lucha transnacional contra la gripe A (H1N1)

Por Simon Uzenat

Traducción: María Elisa Alonso

Passage au crible n°7

La OMS (La Organización Mundial de la Salud) calcula actualmente, cerca de 8000 muertos – de los cuales 650 en Europa – a causa de la gripe A (H1N1). Por su parte, Francia ha registrado únicamente en el período del 16 al 22 de noviembre del 2009, 730 000 consultas, es decir, un aumento del 72% con respecto a la semana anterior. Enfermedad respiratoria aguda, la gripe A (H1N1) es diferente de la simple gripe de temporada. Con síntomas similares a los de esta última, sus síntomas son tratados – para los casos más graves – con medicamentos antivirales como el tameflu. Este nuevo virus, que contiene genes de origen porcino, aviar o humano, se transmite a través de la tos, los estornudos y la saliva. Extremamente contagiosa, esta afección permanece a menudo benigna, pero su transmisión se acelera considerablemente en todo el mundo.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

La epidemia se inició en México en la primavera del 2009, suscitando inmediatamente la alarma, avivada por el recuerdo de varios precedentes muy presentes en la memoria colectiva. Recordemos en primer lugar que la gripe española mató en 1918 varias decenas de millones de personas, en una época en la que los desplazamientos de la población eran, sin embargo, menos frecuentes que actualmente. Destaquemos depués, las alertas mundiales provocadas por el SRAS en 2003 y la gripe aviar desde 2004. Además, mientras que algunos países carecen de vacunas, el virus sufre mutaciones génicas, lo que acentúa las tensiones políticas, las presiones sociales y los conflictos científicos. Por último, la decisión de la OMS de pasar el 11 de junio del 2009 al nivel de alerta 6- límite máximo correspondiente al umbral de la pandemia- ha reforzado aun más este clima de preocupación, incluso de pánico.

Marco teórico

La estrategia internacional de lucha contra la primera pandemia del siglo XXI, concierne dos dialécticas interdependientes que subrayan “la inmensa dificultad del Estado-nación para predecir, organizar y controlar el riesgo”, retomando las palabras del sociólogo alemán, Ulrich Beck.

1. La salud como bien público mundial. El proceso de mundialización de la economía de mercado lleva a reflexionar sobre el nivel y las condiciones de implementación de las políticas sanitarias. De hecho, la implicación de un número cada vez más importante y diversificado de actores que intervienen a escala internacional, exige una aproximación global de los intereses, hasta ahora circunscritos al plano nacional.
2. La seguridad humana. Esta noción hace referencia a los derechos humanos, principalmente al derecho a vivir en un entorno sanitario protegido. Esto implica un cuestionamiento de la territorialización de la soberanía, favoreciendo una doble extralimitación de la escena estatal: a) por lo alto, con la necesidad de proteger los grandes equilibrios globales, que exigen una gobernanza mundial todavía en construcción; b) por lo bajo, con una atención centrada en los individuos más que en los Estados. Hoy en día, la legitimidad de la seguridad humana se hace evidente en el fortalecimiento de las normas jurídicas y la capacidad de hacerlas respetar. Es en este marco en el que debe abordarse el papel jugado por la OMS, pero también el de las comunidades epistémicas y las redes de facultativos más o menos institucionalizadas.

Análisis

Esta epidemia es consecuencia del proceso de mundialización por la intensificación de la movilidad, la aceleración de los intercambios y la modernización de los medios de comunicación. De este modo, Marc Barthélemy, investigador del Comisariado de Energía Atómica (CEA), estima que el transporte aéreo dicta el ritmo de la propagación de la enfermedad. De forma más general, el fenómeno de metropolización acelera la propagación de las enfermedades infecciosas. Desde luego, estas últimas pueden surgir en las zonas rurales, pero las zonas urbanas siguen siendo cruciales para su diseminación y su transformación en epidemia, incluso en pandemia, como se ha comprobado en México. En efecto, en esta megalópolis, se han observado numerosos factores acumulativos, como la importación masiva de productos, la presencia de una población muy móvil, la existencia de villas de chabolas, con minorías que no comprenden los mensajes sanitarios y, un número elevado de no residentes en circulación.

En cuanto a la crisis financiera que ha debilitado indistintamente los medios de prevención, ésta nos induce a interrogarnos sobre la racionalidad estatal. Bernard Vallat, director general de la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE), ha advertido a este respecto, una reducción en los presupuestos públicos destinados a la salud animal, mientras que al mismo tiempo, las sumas invertidas en favor de una vigilancia eficaz permanecen insignificantes respecto a las que reclama la gestión tardía de las crisis sanitarias.

La pandemia gripal pone también en evidencia y afirma las disparidades internacionales en términos de desarrollo. Reactiva por ejemplo, ciertas creencias ancestrales ancladas en las culturas nacionales de los países en desarrollo: en China, el precio del diente de ajo – planta reputada por prevenir la gripe A – se ha multiplicado por quince desde marzo, convirtiéndose de golpe en el blanco de los especuladores. En lo que respecta al debate sobre el interés de la vacunación, éste concierne sobre todo a los países desarrollados. En estos últimos, la buena cobertura sanitaria de la población- institucionalizada y financiada por las autoridades públicas- influye en efecto, en la reducción de la percepción social del riesgo. Consciente de estas diferencias, la OMS moviliza un repertorio de acción principalmente simbólico, materializado en la revisión en 2005 del Reglamento sanitario internacional, un dispositivo normativo que define las responsabilidades y obligaciones de los Estados. En cuanto a las firmas farmacéuticas, la activación del nivel máximo de alerta ha obligado a un gran número de ellas, como Sanofi Pasteur y GlaxoSmithKline (GSK), a comprometerse respectivamente, a donar entre 100 y 50 millones de dosis de vacunas para los países pobres. Por otro lado, dentro de esta lógica, nueve países – entre los que están Estados Unidos, Francia y Reino Unido – han puesto 10% de su stock de vacunas a disposición de la OMS.

Por último, la gripe A favorece las reconfiguraciones estratégicas y las transferencias parciales de autoridad del sector público hacia el sector privado. A propósito de esta cuestión, la rápida elaboración de vacunas a partir de prototipos fabricados contra el virus de la gripe aviar (H5N1), constituye la principal apuesta. Con respecto a este tema hay que recordar, que Francia ha encargado para ella sola, 100 millones de dosis, por un total aproximado de mil millones de euros. Hay que señalar que en un primer momento, sólo se pusieron en práctica procedimientos acelerados – en Estados Unidos, así como en la Unión Europea – con el fin de acordar en el plazo más breve posible, las autorizaciones a las vacunas que cumplían los criterios de eficacia y seguridad. Teniendo en cuenta la demanda, estimada a varios centenares de millones de dosis, los industriales, excepcionalmente, comenzaron a producir lotes de la vacuna, sin esperar el permiso de las autoridades reguladoras. En segundo lugar hay que destacar, cómo se refuerza a partir de ahora la competencia internacional en el sector médico, entre las empresas de los países desarrollados y las de los países emergentes. De este modo, la India se ha convertido en poco tiempo en el primer productor mundial de vacunas. En cuanto a los laboratorios chinos, éstos han puesto a punto en un tiempo record, las primeras vacunas contra la gripe. Las más mínimas exigencias anunciadas por las autoridades sanitarias, favorecen aquí antes que nada, un objetivo nacional: corresponde al Estado chino la rápida protección de más de mil millones de individuos; más aun cuando la OMS ya ha prevenido que no habría suficientes vacunas para toda la población mundial.

Referencias

Beck Ulrich, La Société du risque. Sur la voie d’une autre modernité, trad., Paris, Éditions du Rocher, 2005.
Chiffoleau Sylvia, “Santé et inégalités Nord/Sud : la quête d’un bien public équitablement mondial”, in : François Constantin (Éd.), Les Biens publics mondiaux. Un mythe légitimateur pour l’action collective ?, Paris, L’Harmattan, 2002 pp.245-268.
Gabas Jean-Jacques, Hugon Philippe (Éds.), Biens publics à l’échelle mondiale, Paris, Colophon, 2001.
Kaul Inge, Grunberg Isabelle, Stern Marc A. (Eds.), Global Public Goods, International Cooperation in the 21st Century, New York, Oxford, Oxford University Press, 1999.