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PAC 43 – La juridicización del funcionamiento de la ayuda humanitaria La insurrección del Coronel Kadhafi

Por: Philippe Ryfman

Traducción: Maricarmen Gonzalez Cisneros

Passage au crible n°43

Desde mediados de febrero del 2011, los afrontamientos entre los sublevados y fuerzas leales del Coronel Kadhafi provocaron una crisis humanitaria. Cerca de 750,000 personas (libios y extranjeros) huyeron del país desde finales del mes de mayo. Movilizadas principalmente por el éxodo masivo de trabajadores extranjeros, las organizaciones humanitarias ampliaron sus actividades a la asistencia médica, ayuda a la población civil en las zonas de combate y al cuidado de los refugiados.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

La acción humanitaria se encuentra particularmente visible en el espacio publico a través del prisma de las catástrofes naturales, como en Haití en el 2010 por ejemplo. Recordemos primeramente que su origen es el resultado de la violencia y de las guerras a las que se encuentran lamentablemente atadas desde el siglo XIX. Dentro de un contexto conflictivo, estas ultimas se articulan en tres polos: 1). La asistencia médica a victimas civiles y militares; 2). Los servicios esenciales (comida, agua, sanitarios): 3). Los desplazamientos de la población. Las principales preocupaciones humanitarias (autonomía de la ayuda, accesos, dificultades logísticas, inseguridad, lógicas de instrumentalización, derecho humano) evolucionan permaneciendo recurrentes.

Marco teórico

1. Durante el conflicto armado, el papel humanitario de las agencias especializadas no gubernamentales y de la ONU es esencial. Se distinguen de lo político por la obligación a respetar los cinco principios de base –humanidad, imparcialidad e indiscriminación, neutralidad, independencia, responsabilidad-. Sin embargo, dichos operadores no poseen ningún monopolio frente a otros actores –principalmente del Estado- quienes persiguen objetivos claramente políticos.
2. En derecho internacional publico, la situación en Libia nos pone frente a un CANI (conflicto armado no internacional) siendo la población civil la principal victima. Dentro del campo humanitario, la diferencia entre civiles y combatientes se desprende de una norma imperativa. Finalmente la resolución 1973 del 26 de febrero del 2011 del Consejo de Seguridad, fundamentó de la campana militar – bajo el mando de la OTAN- conducida desde el 19 de marzo del 2011, constituyendo la primera aplicación concreta de un nuevo concepto de DIH ( Derecho Internacional Humanitario) el del R2P (Responsabilidad de proteger).

Análisis

A finales del mes de marzo, la cantidad de libios que dejaron el país, fue baja. La economía de la renta petrolera funcionando en Libia y descansando sobre numerosos trabajadores extranjeros ha engendrado numerosas e imprevistas consecuencias humanitarias. El flujo de egipcios, chinos, y filipinos ha sido rápidamente absorbido, gracias a la intervención de sus gobiernos, de los países europeos y de la OIM (Organización Internacional de Migraciones). Por el contrario, la suerte de numerosos extranjeros provenientes del Sur del Sahara u originarios del cuerno de África es precaria. Algunos pueden regresar a su país pero muchos no pueden o no lo desean. La UE (Unión Europea) quién teme un flujo migratorio, trata de impedir la entrada dentro del espacio Schengen, especialmente por mar. Esta situación humanitaria aparece inédita, en cuanto a la amplitud de los flujos de la población y por la ausencia de un status protector. Cerca de 55, 000 libios se refugiaron en Túnez, mientras que 15, 000 pudieron llegar a Italia. No obstante, Los dos campos abiertos por la HCR en Dehiba y Ramada y el acondicionado por Qatar en Tataouine se encuentran casi vacíos, abrigando solamente a un centenar de personas. Los otros refugiados se encuentran alojados con parientes, particulares o con asociaciones caritativas locales. Muy seguido, despojados de sus pertenencias y victimas de la violencia en el camino del exilio, algunos –cerca de mas de mil- se mueren tratando de llegar a Italia en canoas de la suerte. Miles de eritreos, somalíes y sudaneses continúan amontonándose en Túnez en los campos de Chaucha y de Ras Jdir, mientras que en Egipto, en Saloum se albergan en casas de asilo. Las autoridades se oponen terminantemente a la instalación de campos. Por ahora, ACF, Solidaridades, CARE, la Cruz Roja, y la Cruz Santa Roja, satisfacen las necesidades sanitarias, el agua y la comida. Considerados como emigrantes y no como refugiados – lo que explica que la OIM esté presente al lado de la HCR- su destino sigue siendo incierto. Desde entonces la OIM ha repatriado 35, 000 personas en tres meses, aun así, miles siguen bloqueados. Al mismo tiempo, somalíes, eritreos, provenientes de Darfur, pidieron ser reconocidos como refugiados. Lamentablemente, solo Australia, Estados Unidos y Suecia han aceptado de estudiar la situación.

Al interior, la situación humanitaria es contrastante. En la parte oriental, bajo control de la CNT (Consejo Nacional de Transición) las necesidades son limitadas y poco a poco se van cubriendo, ya sea por medio de una ayuda local o de la ayuda internacional. En cuanto a la línea de frente en las ciudades de Brega y Ajdabya, las agencias especializadas en cirugía de guerra y asistencia a heridos de guerra (ONG medicas y la CICR) realizan intervenciones puntuales. A este efecto, notemos que el sistema sanitario instalado por el régimen – de buena calidad- no se ha caído y continúa funcionado Por el contrario, los humanitarios se preocupan por la suerte de los civiles viviendo en las ciudades rebeldes, tomadas por las tropas del gobierno y ciegamente bombardeadas, principalmente Misrata y Zintan. La utilización de la artillería pesada y de los misiles Grad se mostró terriblemente mortuoria y destructora. Mientras que las estructuras de salud se encontraban repletas por la llegada de los heridos, combatientes y sobre todo civiles Misrata, entre mediados de marzo y principios de mayo, conoció situaciones de urgencia humanitaria. El acceso a la comida, al agua potable y a los medicamentos era limitada y fuertemente dependiente del abastecimiento por mar. Miles de extranjeros se amontonaban en los precarios refugios del puerto, mientras que la CICR y la MSF aseguraban lo esencial en cuanto a lo humanitario se refiere. Las condiciones se mejoraron, las fuerzas rebeldes resolvieron aligerar la presión de las tropas del gobierno. Aun así, estas últimas continuaron bombardeando varias partes de la ciudad. En zona montañosa, poblada de tribus bárbaras, situada al suroeste de Trípoli y hacia la frontera de Túnez, las agencias humanitarias casi no tuvieron acceso. La necesidad de ayuda probablemente fue considerable, aunque toda evaluación se vuelva imposible.

Es importante señalar que en la ausencia de diferencia entre civiles y combatientes, reivindicada por el régimen, constituye una violación característica del DIH (Derecho Internacional Humanitario). A este efecto, dicho asunto deberá provocar el seguimiento de la CPI (Corte Penal Internacional).

Referencias

Barnett Michael, Weiss Thomas. (Eds.), Humanitarianism in Question: Politics, Power, Ethics, New-York, Cornell University Press, 2008.
Holzgrefe J.-L., Keohane Robert O., Humanitarian Intervention, Ethical, Legal and political dilemmas, Cambridge, CUP, 2003.
Ryfman Philippe, Une histoire de l’humanitaire, Paris, La Découverte, Collection Repères, 2008.
Société Française de Droit International, La Responsabilité de protéger, Paris, Pedone, 2008.