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PAC 83 – La globalización de una intrusión deportiva El Rally Dakar 2013

Por Josepha Laroche

Traducción: Ulises Aquino Jiménez

Passage au crible n°83

Pixabay

Administrado por Amaury Sport Organisation, el Rally de Dakar 2013 comenzó el 5 de enero y terminó el 20 de ese mes. Comprende tres categorías de vehículos – motos, automóviles y camiones – y representa, a este respecto, la más grande carrera todo terreno del mundo.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

El Rally París-Dakar se realizó por primera vez en 1979. El itinerario ha variado entre una edición y la otra. En ocasiones su llegada no ha tenido lugar en Dakar, por ejemplo en 1992 cuando la Ciudad del cabo fue preferida. De la misma manera, la carrera no ha partido siempre de la capital francesa. Así, en 2002, el raid se inició en Dakar para terminar en el Cairo.

A pesar de su denominación, desde 2009 esta manifestación deportiva ya no parte de París y no termina más en las playas de Dakar. Ella se lleva a cabo en América Latina, atravesando Perú, Argentina y Chile. En efecto, después del asesinato en Mauritania de cuatro turistas franceses el 24 de diciembre de 2007, sus organizadores decidieron por razones de seguridad anular las pruebas de 2008 y alejarse a continuación del Sahel, quitando pura y simplemente el continente africano. De hecho, esta decisión no generó sorpresa entonces, porque múltiples ediciones habían sido ya perturbadas, incluso amenazadas anteriormente, lo que había obligado a los responsables a anular varias etapas y a modificar la ruta inicialmente prevista.

Marco teórico

1. Una dinámica civilizacional. Norbert Elías mostró en su obra que la propensión de la gente a obtener placer de actos de violencia había experimentado un retroceso en Europa Occidental desde finales de la Edad Media. Eso resulto en una reducción del umbral de tolerancia a la violencia física y una voluntad de rechazarla incluso “detrás de cámaras” (E. Dunning), de castigarla o bien de sublimarla, notablemente gracias al deporte.
2. Una deportivización incumplida. Para el sociólogo alemán, el proceso de deportivización participa de ese lento movimiento de autocontrol y de transformación de las sensibilidades operada por los individuos desde el Renacimiento, paralelamente a la construcción estatal. Ciertamente, esta “liberación controlada de emociones”, permitida por el deporte, libera bien los afectos y la agresividad, pero en un marco estrecho donde la violencia permanece encauzada y limitada en un espacio-tiempo bien circunscrito. Elías analiza el deporte como una actividad donde la economía emocional y pulsional de cada uno es sistemáticamente enmarcada y finalmente sometida. Dicho de otra manera, eso que ellos llaman la deportivización forma a sus ojos una parte constitutiva del proceso de civilización, un dispositivo clave indispensable para la pacificación de los comportamientos.

Análisis

Desde su creación, este raid es el objeto de importantes polémicas y de críticas virulentas. Primeramente, sus detractores señalan el número considerable de muertos y lesionados que acompaña cada año sus palmarés. Trátese de niños heridos mortalmente por los competidores, de espectadores atropellados o de asistentes que se matan accidentalmente a lo largo de la prueba, efectivamente contabilizamos muchas víctimas todos los años. Los periodistas y los organizadores, ellos mismos (Thierry Sabine en 1986), no escapan a esta ley de hierro pagando regularmente con su vida la participación en esta competencia deportiva. En segundo lugar, sus críticos observan también una agresión ecológica y una dilapidación de los recursos energéticos, al mismo tiempo que se trata de luchar de manera drástica contra el cambio climático.

En ese contexto, la CAVAD (Acción Colectiva por las Víctimas Anónimas de Dakar) creada en 2006, demanda la supresión de esta cita mundial. Asimismo reclama la apertura de una encuesta parlamentaria sobre “los actos delictivos del Rally Dakar” en África y ahora en América Latina, así como sobre la relevancia de eventuales desordenes sociales. Finalmente, rechaza permanecer en silencio y ser cómplice “de un rodeo publicitario sobre el continente de la pobreza”. Haciéndolo, estigmatiza la utilización de países en desarrollo “golpeados por el SIDA, el hambre y el sobreendeudamiento” como terreno de juego. Viendo en este evento mundialmente mediatizado “una provocación neocolonialista materializada por un inmenso e inútil desperdicio de dinero y energía”, llama todos los años a su boicot y a la constitución de un frente común contra eso que se parece, según esta asociación internacional, “a una cruzada de negreros, deshonrosa y llena de obscenidad”.

Por su parte, los organizadores pretenden a contrario no ser el origen de ninguna violencia física o simbólica, solamente deploran la “fatalidad” de algunos accidentes. Ellos toman por prueba el entusiasmo de los países involucrados – tanto el de los gobiernos como el de los ciudadanos – africanos ayer y latinoamericanos hoy, que se muestran siempre contentos de recibir este rally. Haciéndolo, los animadores de esta competencia internacional tienen un discurso de legitimación en el cual el alivio del desarrollo ocupa un lugar preponderante: esta prueba deportiva permitirá según ellos atraer los presupuestos, construir las rutas y otras infraestructuras destinadas al bienestar de las poblaciones. Sin embargo, esta lectura paternalista y occidental centrada se debe comprender principalmente como una negación y como la cosificación de sociedades culturalmente alienadas. Esas últimas no van a reclamar la llegada del rally sobre sus territorios, incluso si esta carrera no induce ninguna ventaja económica, ¿salvo para las marcas que se anuncian y compiten? Observamos así que la intrusión deportiva que representa no es percibida por las poblaciones involucradas tal como lo que es, el colmo de la dominación cultural, lo que no es percibido por aquellos sobre los cuales se ejerce. Sin embargo, la sola geografía de las rutas desde la creación de esta manifestación señala ya la dominación del Sur por el Norte.

Los organizadores de Dakar dan a ver – y más aún a validar – este raid como una epopeya donde la búsqueda de resultados, el culto a la velocidad y la explotación técnica se conjugan a la valorización de una forma primaria de virilidad. En el rally, los participantes se enfrentan a lo largo de la prueba a un simulacro de combate efectivamente desprovisto de violencia física entre ellos, confirmando así la tesis de Elías. En efecto, los vínculos sociales que unen los unos a los otros, se encuentran estrechados y más funcionales que antes de su partida en razón de su distanciamiento de las cadenas de interdependencia establecidas. En otros términos, estamos en presencia de una solidaridad orgánica como la entendía Durkheim, esa que reafirma la cohesión del grupo. Pero si el proceso de deportivización se lleva a cabo bien entre los protagonistas, él envía aún más fuertemente su brutalidad al perímetro del recinto simbólico de Dakar. De hecho, sirve como refugio para sus miembros y tiene una función catártica. Infligiendo así una herida colectiva a los países atravesados, testifica los dominios que se agotan y « difunde lo superfluo” en « un desperdicio ostentoso » (Veblen). Todo nos lleva entonces a considerar que en la violencia banalizada – ver naturalizada – de esta intrusión globalizada y reiterada cada año, es necesario observar un proceso de brutalización en marcha.

Referencias

Barthes Rolland, Mythologies, Paris, Seuil, 1957.
Douglas Mary, De la Souillure : Essais sur les notions de pollution et de tabou, trad., La Découverte, 2001.
Elias Norbert, Au-delà de Freud, sociologie, psychologie, psychanalyse, trad., Paris, La Découverte, 2010.
Elias Norbert, La Civilisation des mœurs, [1939], trad., Paris, Calmann-Lévy, 1973.
Elias Norbert, La Dynamique de l’Occident, trad., Paris, 1975.
Elias Norbert, Dunning Eric, Sport et civilisation, la violence maîtrisée, trad., Paris, Fayard, 1994.
Laroche Josepha, La Brutalisation du monde, du retrait des États à la décivilisation, Montréal, Liber, 2012.
Renaud, “500 connards sur la ligne de départ”, https://www.youtube.com/watch?v=Ct5SeoMQhew
Veblen Thorstein, Théorie de la classe du loisir, [1899], trad., Paris, Gallimard, 1970.