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PAC 92 – La fragilidad política de una movilización transnacional sin coordinación La represión de las minorías sexuales por las autoridades rusas

Por Michaël Cousin

Traducción: Daniel Del Castillo

Passage au crible n°92

Pixabay

El 30 de junio de 2013, Vladímir Putin promulgó una ley sobre la « propaganda de las relaciones sexuales no tradicionales frente al menor ». Esta última pretende impedir a los militantes LGBTI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales) utilizar el espacio público para reivindicar sus derechos, así como prohíbe « la difusión de cualquier información susceptible de despertar el interés de los menores para con este tipo de relaciones ». No obstante, esta nueva legislación produce como efecto la puesta en riesgo de la libertad de expresión y, de facto, de la libertad de prensa. Además, no solo sanciona a los ciudadanos rusos, sino que también se extiende a los extranjeros presentes sobre el territorio.

Contexto histórico
Marco teórico
Análisis
Referencias

Contexto histórico

El 27 de septiembre de 2012, una amplia mayoría del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) votó una resolución, motivada por Rusia, para la «promoción de los derechos humanos y las libertades fundamentales mediante un mejor entendimiento de los valores tradicionales de la humanidad: mejores prácticas ». Este documento pone de manifiesto la profunda aversión que Moscú ha desarrollado en contra de las personas LGBTI, así como es consecuencia del rechazo a la « Declaración sobre los Derechos Humanos, la Orientación Sexual y la Identidad de Género » que se dió en diciembre de 2008.

Sin embargo, durante la votación de esta nueva disposición, el Consejo encargó al Comité Consultativo de continuar investigando sobre el papel que juegan los valores tradicionales. Las conclusiones del reporte fueron publicadas en marzo pasado. En este documento, esta instancia de la ONU avisó claramente sobre el peligro de recurrir a los valores tradicionales, sobre todo cuando los Estados buscan sistematizar o discriminar a una fracción de su población. Pero esta advertencia no impidió que la Duma votara, tres meses después, un texto legislativo que pone en la mira a las relaciones homosexuales y bisexuales, calificadas como « no tradicionales », omitiendo al mismo tiempo los Derechos Humanos.

Múltiples actores intervinieron al respecto para ejercer presión sobre el gobierno de Moscú, solicitando, por ejemplo, al Comité Olímpico Internacional (COI) que respetase e hiciese respetar su Carta Magna, la cual contiene varios artículos que protegen la orientación sexual, así como la libertad de expresión. Sin embargo, en septiembre pasado, el Comité confirmó que no privaría a Rusia de la organización de los próximos Juegos Olímpicos (JO), los cuales deben llevarse a cabo en la ciudad de Sochi, del 07 al 23 de febrero de 2014. Esto, a pesar de la persistencia del gobierno ruso en aplicar sus disposiciones liberticidas antes, durante y después de los eventos olímpicos.

Por otro lado, Rusia fue escogida para organizar la Copa Mundial de Fútbol en 2018. Debería en consecuencia respetar el artículo tercero del Código de Conducta de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), el cual protege la orientación sexual de los participantes en este evento. En lo que a esto concierne, la FIFA solicitó al gobierno ruso que aclarara su ley. Paralelamente, otras iniciativas occidentales se alzaron para contradecirla. Mencionemos, por ejemplo, el boicot a los vodkas rusos en los bares y las discotecas gays; también la creación de una página en la red social Facebook, que milita a favor del boicot de los JO en Sochi. Frente a todas estas movilizaciones, el ministro ruso del Deporte, el Turismo y la Juventud, Vitali Mutkó, declaró en agosto de 2013, no sin un tinte de provocación, que: « entre más fuerte sea Rusia, más le disgusta a algunos. Somos simplemente un país único ». No obstante, sus propósitos realizan implícitamente una amalgama entre el sistema económico del país y la organización de su sociedad civil, particularmente con la orientación sexual de cada uno. En este caso, la homofobia de Putin se constituye como una extensión de aquella que ya reinaba bajo Stalin, cuando el régimen tomaba la homosexualidad como una enfermedad inherente a la burguesía y el capitalismo.

Marco teórico

1. La construcción a-histórica y embaucadora de los valores tradicionales. Los derechos históricamente construidos como universales, se encuentran hoy en día dirigidos al conjunto de las comunidades humanas, cualquiera que sea su cultura. Pero este principio mismo de uniformización es a menudo percibido erróneamente por las poblaciones. En efecto, estas últimas se sienten tanto más amenazadas en sus representaciones, que nuevas normas internacionales les han sido impuestas. Frente a esta sensación de pérdida de referentes, se constituyen fuerzas sociales que reinventan y exaltan los supuestos valores tradicionales. Desde luego, estos movimientos contestatarios se posicionan como los voceros de las poblaciones tradicionales que habrían sido, según ellos, despojadas de su identidad. Para legitimar su postura, se apoyan en una mitología de los orígenes, supuesta panacea a los problemas económicos, sociales y culturales inducidos por el proceso de la globalización.

2. La disparidad de las movilizaciones transnacionales. Las protestas transnacionales no emanan solamente de una buena cantidad de organizaciones, sino que también a veces surgen de simples individuos que constituyen redes. Aunque, si esta desmultiplicación de los interventores refuerza a veces la acción colectiva, la mayoría de las veces conlleva a declaraciones divergentes y desemboca frecuentemente en tensiones, e incluso conflictos. El movimiento transnacional se encuentra entonces tanto más debilitado.

Análisis

Si bien Rusia despenalizó definitivamente la homosexualidad en 1993, los homosexuales son considerados hoy en día primero y antes que todo como rusos, que como homosexuales reconocidos. En realidad, desde que la lucha global contra la homofobia alcanzó vuelo, y más aún, desde la promulgación de la « Declaración sobre los Derechos Humanos, la Orientación Sexual y la Identidad de Género », Rusia decidió – como muchos otros países – mantener en vigor las disposiciones de carácter homofóbico. Esta decisión no ha cesado de deteriorar la situación, que de por sí ya era precaria, de las personas homosexuales allí.

Sin duda alguna, estas políticas represivas implementadas por la autoridad establecida influencian los valores y las preferencias de los ciudadanos. De hecho, el gobierno ruso trata de evitar de esta manera cualquier debate sobre los problemas económicos y sociales, al designar víctimas propiciatorias asociadas con una globalización satanizada. Al respecto, podemos establecer una similitud con ciertos Estados africanos como Uganda, países donde las personas homosexuales serían « caucásicos » de los cuales habría que protegerse. Finalmente, estas disposiciones punitivas nos recuerdan que miles de homosexuales fueron enviados a los gulags bajo el régimen estalinista.
Con esta nueva ley, ni los periódicos ni las asociaciones militantes podrán de ahora en adelante mencionar la existencia de las minorías sexuales. Ahora bien, la sociedad civil se muestra ya bastante debilitada por el poder autocrático establecido, de tal manera que las asociaciones que defienden a los grupos de homosexuales disponen a partir de ahora de muy poco peso político frente a éste. Sobre todo, que los vínculos entre estas entidades locales y transnacionales siguen siendo frágiles. Ninguna coordinación fue por ejemplo establecida entre los boicots y las presiones sobre las decisiones del COI o de la FIFA. Del mismo modo, las peticiones y los « kiss-in » internacionales no se integraron en una lógica de contestación global. De esto resulta que, el movimiento transnacional se agota, lo cual explica que el COI haya en consecuencia decidido organizar los JO de invierno en Sochi, como se había previsto inicialmente. Solo falta aún la decisión de la FIFA.

Referencias

« Droits des LGBT et droits humains en Russie : l’inter-LGBT interpelle le Président de la République Française et appelle à participer au rassemblement du 13 Septembre sur le Parvis des Droits de l’Homme », Inter-LGBT, 04/09/2013, http://www.inter-lgbt.org/spip.php?article1203
Laroche Josepha, Politique Internationale, 2e éd., Paris, L.G.D.J, 2000
Siméant Johanna, « 6. La transnationalisation de l’action collective », in : Agrikoliansky Éric, Sommier Isabelle, Fillieule Olivier (Éds.), Penser les mouvements sociaux, Paris, La Découverte « Recherches », 2010, pp. 121-144.